¡No te rindas ante la dictadura gris y triste de noviembre! La vida es hermosa, incluso en noviembre.
Los días se acortan y el clima cambia como en un caleidoscopio. Afuera, hace frío, está nublado, sopla el viento y llueve… Es el reino de noviembre con su corte otoñal. Nos envuelve a todos en su manto gris, aislándonos completamente de la luz del sol. En nuestro mundo aparece la grisura y la niebla… ¡No nos conformemos con este reinado de noviembre! ¡Derroquemos a este monarca! ¡Devolvamos la luz y la alegría a nuestro mundo! Aquí te damos algunos consejos sencillos.
¡Sorpresa colorida! Para contrarrestar la grisura que ves por la ventana, rodéate de colores cálidos y vivos. Regala algo colorido a tus seres queridos, sin motivo alguno, como un hermoso ramo de flores o un paraguas de colores (el elemento sorpresa dejará una impresión duradera en quien lo reciba) o vean juntos una serie de comedia mientras toman chocolate caliente (la sensación de calidez te hará olvidar el frío del mundo exterior). Si le das a alguien una sorpresa cálida y colorida, además de sentirte satisfecho y alegre por la tarea bien hecha, lograrás que esa persona sienta gratitud y reciprocidad hacia ti – es decir, en el futuro cercano, «espera lo inesperado» 😉
¡Sal a caminar! La pandemia nos mantiene en casa, pero no olvides que caminar es muy importante. ¡Ponte algo colorido! Un abrigo rojizo o un suéter amarillo: los colores «soleados» y cálidos tienen un efecto estimulante en la mente. Una mascarilla o bufanda colorida son hoy en día un elemento indispensable en tu guardarropa, así que no olvides cubrirte la boca y sal a caminar con tus seres queridos. El parque o bosque cercano llenará tus ojos y tu alma de colores, y te recargarás de energía positiva. La explosión de colores del otoño tiene un efecto positivo y estimula el cerebro, y una taza de chocolate caliente en el parque alegrará incluso el día más triste.
Carpe diem – ¡aprovecha el día! Esta frase de Horacio debería guiarnos no solo en noviembre, sino a lo largo de toda nuestra vida. Recuerda que los buenos momentos ocurren todos los días; solo necesitas saber «atraparlos», captarlos, notarlos y apreciarlos sin importar las circunstancias externas. Una sonrisa sincera, una mirada alegre, una palabra cálida, un cumplido dulce… Celebremos esos momentos, reflexionemos sobre su significado, dejémonos llevar por sus rayos de sol. Copiémoslos, transmitamos esta energía positiva. Seamos misioneros de los pequeños gestos de bondad. Pequeños, pero qué felices nos hacen.
Vivimos en tiempos difíciles y llenos de desafíos. Nunca perdamos la luz que llevamos dentro, cuidemos su fuerza y poder. Cultivemos la bondad, la calidez de los pequeños gestos y los momentos efímeros. Esto derrumbará incluso al más triste rey de la oscuridad.
¡Debería haber algo sobre los bancos urbanos y las papeleras! Upss…
Siéntate cómodamente en un banco del parque, sonríe sinceramente a una chica bonita que pase por allí, guiña un ojo a un chico guapo que esté paseando, elogia la habilidad de alguien para aparcar su bicicleta… En la papelera cercana, tira el vaso arrugado de chocolate caliente y toda tu rabia, tristeza y resentimiento. ¡Sé feliz, sonríe y ama la vida! Ante tales argumentos, el gris dictador de noviembre no tiene ninguna oportunidad.