Proporcionar a nuestro organismo la cantidad adecuada de vitaminas y minerales es muy importante. ¡Gracias a ellos funcionamos correctamente! Cada vitamina es responsable de una serie de funciones, a menudo afectando simultáneamente a otras. No es diferente con las vitaminas que responden al sistema inmunológico. Lo mejor para nosotros es suministrarlas regularmente a nuestro organismo en su forma natural, ya que se absorben de manera más eficiente. Sin embargo, a veces, debido al acceso limitado a frutas y verduras frescas, es conveniente recurrir a la suplementación.
Una de las vitaminas más importantes que es bueno suplementar es la vitamina D. Lamentablemente, su contenido en los alimentos es bajo; nuestro organismo la sintetiza principalmente bajo la influencia de los rayos solares. Por lo tanto, especialmente ahora que pasamos la mayor parte del tiempo en interiores, es importante recordar la suplementación de esta vitamina (se recomienda suplementar con una dosis de 1000-2000 unidades durante el período de menor exposición a la luz solar, es decir, desde el otoño hasta finales de la primavera).
Los ácidos grasos omega-3 también son cruciales para una buena inmunidad. Lamentablemente, como sociedad, consumimos muy poco de ellos, ya que nuestra dieta suele ser deficiente en pescados, aceites de buena calidad y frutos secos. Por eso, durante el período de menor inmunidad, es recomendable incluir suplementos de ácidos grasos omega-3 de buena calidad.
Por supuesto, no podría faltar la vitamina C. Es importante no solo para el sistema inmunológico, sino que también influye positivamente en el sistema circulatorio. Aunque consumirla durante una enfermedad no aporta mucho, proporcionar regularmente a nuestro organismo vitamina C en su forma natural, por ejemplo, comiendo pimientos, coles de Bruselas, brócoli, espinacas, perejil o grosellas negras, tendrá un impacto positivo muy rápido en todo nuestro organismo.
El período de otoño, invierno y primavera favorece la disminución de la inmunidad y se denomina temporada de enfermedades. Si logramos evitar las deficiencias, la suplementación en estos meses puede dificultar rápida y eficazmente la aparición de infecciones. Una dieta saludable debe ser la base durante todo el año. Si la descuidamos y permitimos deficiencias, nuestro organismo primero se enfocará en reponer esas deficiencias durante la suplementación, lo que puede tardar hasta 3 meses. En tal situación, ningún suplemento añadirá energía a nuestro organismo para combatir rápidamente la enfermedad.
Recordemos, cuidar un aspecto de nuestro organismo influye positivamente en otros. Que esto nos motive a actuar; al fin y al cabo, ¡en cuerpo sano, espíritu sano!